"Para que el poema sea universal ha de adentrarse en las bambalinas de la vida"


-  Se nos dice que las sombras del título hacen referencias a la realidad fingida platónica, al subconsciente y a todos los yoes ocultos que nos persiguen y con los que hablamos, ¿cuáles son esos yoes, esas sombras…?

- Como decía el filósofo americano Oliver Wendell, entre otros yoes, el que quisimos ser, el que es y apenas se manifiesta, el que es para los demás, el que estaba establecido desde los orígenes, deterministamente antes de nacer, y el pozo de los recuerdos: el amor vivido y el amor idealizado, el odio, la venganza, la pasión, el miedo, los sueños oníricos y, para mí muy importante, el salirse de uno mismo y representar yoes distintos a uno mismo.     
Tal vez sea mi influencia y mi pasión por el teatro. Llego en un momento del libro a decir que todo es Teatro. Cada poema en un escenario, con paisajes realistas o surrealistas, en el que existe como mínimo un personaje que no forzosamente ha de ser el poeta, dado que puede estar encarnando una función teatral y está encarnando un papel bien distinto a su realidad externa e interna. Para que el poema sea universal ha de adentrarse en las bambalinas de la vida.      

- San Agustín, Pessoa, Octavio Paz, introducen al lector en el libro; el primero, era un platónico, pero ¿y los otros dos?      

- Entre los tres hacen referencia a temas profundos, latentes en los significados ocultos del libro: La lucha de la Razón contra el concepto determinista de un Dios omnipotente y contra la conciencia del paso del Tiempo, inexorable para desembocar en el límite entre la vida y la muerte, o mejor, entre lo conocido y lo desconocido; mi necesidad armónica y, por lo tanto, platónica, de equilibrar en el devenir de la existencia, el sentir y el pensar, de tal manera que, aunque en un poema o en unos versos, prevalezcan bien el sentimiento o el pensamiento, el resultado global del poemario, como espejo del existir, se manifieste en un equilibrio entre los dos básicos componentes de la esencia humana; y en cuanto a Octavio Paz, porque preconiza –aunque lo manifieste con mayor nitidez en sus grandiosos ensayos que en su irregular poesía-, la necesaria aparición en la postmodernidad y, en esta aún no clara, incipiente era cibernética, de la ironía en cualquiera de los géneros literarios, como recurso literario y como técnica del distanciamiento del autor, necesaria para lograr la catarsis y superar la angustia, enemiga de la creatividad.